Âmes sœurs

Aunque suele ser un instrumento principalmente orquestal, el contrabajo puede parecer áspero y pesado en solitario. En manos de la francesa Lorraine Campet, sin embargo, ocurre todo lo contrario: su álbum debut, Âmes sœurs (Almas gemelas), revela cuánta elocuencia y flexibilidad expresiva puede tener el contrabajo. Dos de las tres obras principales suelen interpretarse en violonchelo, pero suenan hechas a la medida del estilo cálido y expresivamente elocuente de Campet. En las Siete variaciones sobre “Bei Männern, welche Liebe fühlen”, de Beethoven (un aria de La flauta mágica, de Mozart), aporta una sutil ironía y una agilidad poco común en el contrabajo. El movimiento lento de la Sonata Arpeggione de Schubert, cargado de lirismo, es otro de los grandes momentos del programa, al igual que la interpretación ágil y vibrante que Campet ofrece del tercer Fantasiestück, Op. 73, de Schumann. Los acompañamientos del pianista Nathanaël Gouin, siempre atentos y sensibles, suman otro acierto, al igual que los encantadores arreglos de canciones de Josephine Lang, compositora alemana del siglo XIX, que aportan forma y ritmo al recital.