- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2001 · 4 piezas · 45 min
Sinfonía n.º 2 en re mayor
Desde su estreno, dirigido por Robert Kajanus en Helsinki el 8 de marzo de 1902, la Sinfonía n.º 2 de Sibelius fue considerada un hito en la cultura de su Finlandia natal. Iniciada durante su estancia en Rapallo, en la Riviera italiana, se convirtió en su obra más larga y grandiosa, pero no por ello menos innovadora. Inquieto y rumiante a la vez, el “Allegretto” de apertura elabora sutilmente sus ideas a medida que avanza hacia la declaración culminante de su melodía principal, para luego calmarse con un retorno a los compases iniciales. Con su sombría introducción para cuerdas en pizzicato, el largo movimiento lento se centra en dos temas que se intensifican al repetirse. El primero melancólico y teñido de elementos folclóricos, el segundo etéreo y reconfortante. Una coda quijotesca canaliza la tormenta y tensión acumuladas hasta un angustioso final. Marcado como “Vivacissimo”, el enérgico scherzo encuentra el contraste en un trío para oboe que parece una canción de cuna, cuya segunda aparición se convierte en una transición hacia el “Allegro moderato” final. El contraste entre sus temas principales, el primero sonoro y majestuoso, el segundo especulativo y solemne, no podría ser mayor y la reaparición de este último conduce directamente a una coda triunfal o catártica. Pero la Sinfonía en su conjunto puede considerarse una profecía heroica de la autonomía finlandesa, o como el propio Sibelius la describiría más tarde, una “confesión del alma”.