Serenata n.º 10 en si bemol mayor

K. 361, KV361, K. 370a · “Gran Partita”

Pocas composiciones de Mozart ilustran mejor su comprensión innata de los instrumentos de viento que la Serenata n.º 10. Escrita para un conjunto de 13 intérpretes que incluye pares de oboes, clarinetes, clarinetes bajos y fagots, así como cuatro trompas y un contrabajo, es una obra concebida a gran escala y se estrenó en un concierto benéfico en Viena en 1784. Los siete movimientos de la Serenata yuxtaponen diferentes funciones musicales, algunas con dimensiones sinfónicas y otras más asociadas a la música de entretenimiento al aire libre. Las proporciones sinfónicas del primer movimiento son evidentes de inmediato en los imponentes acordes plenos de la introducción lenta, que conducen directamente al tenso e impulsivo allegro. Igualmente expansivo es el glorioso adagio del tercer movimiento, donde el oboe, clarinete y clarinete bajo cautivan al público con una secuencia de exquisitas líneas melódicas de largo aliento. Los dos minuetos que constituyen el segundo y cuarto movimiento son mucho más simples en diseño, aunque Mozart se asegura de captar nuestro interés al máximo al hacer que las secciones de trío contrastantes presenten combinaciones instrumentales infinitamente variadas. Lo mismo se puede decir del “Romanza” del quinto movimiento, en el que las texturas mágicas de un expresivo adagio enmarcan un animado allegretto central, desafiando la resistencia respiratoria de los fagotistas con pasajes de increíble velocidad. Para el allegro molto final, Mozart se explaya, desatando a todo el conjunto en un movimiento cuyo tema principal, obsesivamente rítmico y alborotado, es garantía de júbilo.