Czech Philharmonic

La historia de la Filarmónica Checa está íntimamente ligada a los cambios políticos y económicos de un país sacudido por las turbulencias del siglo XX. Antonín Dvořák, uno de los gigantes de la música checa, dirigió el primer concierto de la orquesta en 1896 y Mahler tomó la batuta para estrenar su Séptima sinfonía doce años después. Tras ellos, fue Václav Talich quien marcó su desarrollo. Los 22 años que pasó como director titular y que comenzaron con la fundación de la República Checa en 1918, llevaron a la agrupación al centro de la escena internacional con su característica combinación de tonos bruñidos y vibrante flexibilidad rítmica. Con la Segunda Guerra Mundial llegaron años oscuros en los que las autoridades nazis obligaron a la orquesta a tocar en Alemania. Ya en tiempos de paz, Rafael Kubelík, otro de los grandes maestros checos, fue su director hasta 1948, cuando decidió marcharse al exilio tras la toma del gobierno por las fuerzas comunistas. La Revolución de Terciopelo restauró la democracia en 1989 y, desde entonces, la Filarmónica ha recuperado la posición financiera y artística de su mejor época. Semyon Bychkov es su director titular desde 2018 y sus aclamadas grabaciones de las sinfonías de Tchaikovsky y Mahler han situado a la orquesta entre las más aclamadas del mundo.