The Choir of King's College, Cambridge

Una mezcla de situaciones excepcionales, algunas puramente históricas y otras derivadas del poder de los medios de comunicación, han ayudado al coro del King's College de Cambridge a sobrevivir y prosperar. A finales del siglo XX, era el modelo al que aspiraban los coros anglicanos de muchas catedrales y colegios mayores. Se convirtió en el faro de la excelencia coral, aún presente en los hogares de millones de personas gracias a diversos factores: a la retransmisión anual de su Festival de las Nueve Lecciones y Villancicos, a una discografía cautivadora y a sus frecuentes giras internacionales. Su inconfundible sonido surge del tono brillante y cálido de sus niños coristas, de la excelencia de sus selectos coristas adultos (todos ellos estudiantes del King's College) y de la generosa acústica de la capilla del lugar, cuya atmósfera y reverberación consiguen reproducir incluso cuando actúan fuera de casa. El coro nació en 1441, al establecer Enrique VI un nuevo centro de aprendizaje en una de las dos ciudades universitarias de la Inglaterra medieval. Allí, el monarca decretó que un grupo de hombres y niños cantara diariamente en la capilla del colegio. El coro superó los primeros recortes de financiación, los problemas derivados de la reforma religiosa y la guerra civil, así como largos periodos de decadencia, y recibió un impulso fundamental en 1876 con el nombramiento de Arthur “Daddy” Mann como director de música. Mann transformó el coro durante los siguientes 53 años, introduciendo el famoso servicio de villancicos en 1918 y sentando las bases para sus sucesores, entre los que destacaron Boris Ord, David Willcocks y Stephen Cleobury. Daniel Hyde, antiguo profesor de órgano, se hizo cargo del coro en 2019, y tuvo que gestionar el confinamiento a raíz de la pandemia de COVID, antes de aderezar el repertorio con nuevas obras más allá de la tradición anglicana.