Cuarteto de cuerdas n.º 3 en si bemol mayor
Op. 67
Mientras Vaughan Williams trabajaba como editor de The English Hymnal en 1906, se encontró el tema sombrío en tono menor creado por el compositor inglés del siglo XVI Thomas Tallis como parte de un salterio métrico del Salmo 2 de la Biblia. Cuatro años después estaba dirigiendo la primera interpretación de su Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis en la catedral de Gloucester durante el famoso Festival de los Tres Coros. A pesar de sus escasos 15 minutos de duración, la obra posee una magnitud interna y una fuerza musical que rápidamente la destacaron como una de las composiciones más notables del compositor. La fantasía está escrita para una orquesta de cuerdas, dispuesta de tal manera que se interrelaciona a la perfección con el gran espacio interior y la acústica del auditorio original. En primer plano se encuentra un cuarteto de cuerdas solista, al que se suma el conjunto principal de cuerdas como apoyo y otro grupo menor adicional que se coloca al fondo. Tras una breve introducción, los violonchelos presentan el tema, posteriormente retomado por todo el conjunto de cuerdas. A continuación, se suceden una serie de pasajes “fantasiosos”, cada uno de los cuales toma un fragmento de la melodía o la armonía del tema y permite su desarrollo como si de una improvisación se tratara. Este proceso combina un control estructural preciso con una sensación más amplia de libertad expresiva. Finalmente, el tema se repite por completo, interpretado por el primer violín del cuarteto con el respaldo de una viola solista, y deriva en la riqueza expansiva de los compases finales.