- SELECCIÓN EDITORIAL
- 1994 · 3 pistas · 39 min
Concierto para violín en re mayor
Op. 77
Brahms llevaba mucho tiempo pensando en escribir un concierto para el violinista Joseph Joachim, su amigo y socio musical, pero no se puso manos a la obra hasta el verano de 1878. Finalmente lo estrenó en Leipzig el día de Año Nuevo del año siguiente. Joachim también era un compositor reputado y Brahms buscó su consejo al esbozar el Concierto para violín en re mayor, además de pedirle una cadencia solista para el primer movimiento. Aunque es una de las partituras más exigentes jamás escritas para el instrumento, el alemán quería alejarse de las exhibiciones de virtuosismo tan frecuentes en el siglo XIX para integrar al solista y a la orquesta en su visión sinfónica. Así, el concierto comienza con un largo pasaje orquestal que anuncia los temas principales del primer movimiento. Incluso después de la dramática entrada del violín sobre un redoble sostenido de timbales, su diálogo con la orquesta transcurre en términos de igualdad. Lo mismo sucede en el íntimo movimiento lento, que se inicia con una de sus melodías más bellas, primero en el oboe y después acompañada por un sonoro grupo de maderas. El “Finale” revela a un Brahms mucho más extrovertido en los exuberantes ritmos húngaros, un guiño al país natal de Joachim.