Jiří Bělohlávek

Ningún otro director moderno ha hecho tanto por promover el valor de la música orquestal checa como Jiří Bělohlávek. Nacido en Praga en 1946, creció bajo un régimen que exaltaba la identidad nacional en la música, por lo que su formación con el destacado violonchelista checo Miloš Sádlo siguió ese camino. Tras su paso por el Conservatorio de Praga, asumió la dirección de la Filarmónica Checa y luego la de la Orquesta Sinfónica de Praga, donde permaneció como titular hasta la Revolución de Terciopelo de 1989. Después de un breve período liderando la Filarmónica de Praga, decidió formar su propia orquesta, la Prague Philharmonia, y más tarde se convirtió en batuta de la Orquesta Sinfónica de la BBC. Su estilo siempre fue sobrio, a pesar de la seductora calidez que desprenden sus interpretaciones y grabaciones de compatriotas como Dvořák, Janáček y Martinů. Murió en Praga en 2017, un mes después de su última aparición, en la que dirigió, casi de manera profética, el elegíaco Réquiem de Dvořák.