Thomas Demenga tocó las monumentales Suites para violonchelo (Cello Suite) de Bach durante más de 50 años. En esta grabación de la obra, la segunda del violonchelista, su interpretación cambió significativamente. Para empezar, utilizó cuerdas de tripa, que producen un sonido frágil y terrenal como el que se aprecia en el asombroso preludio de la primera suite. Los movimientos de danza, sobre todo la allemande de la tercera suite y la majestuosa sarabande de la sexta, llegan al oyente con un elegante dinamismo. La impresión general es la de un músico que se sumerge hasta el corazón palpitante de estas obras eternas.